Por Nadia Sotelo
La definición del diccionario nos indica la palabra “estereotipo” como algo que se repite sin variación. Ayer estaba viendo un reportaje en televisión que le hicieron a Charlotte Caniggia, la hija de Mariana Nannis y Claudio Paul y no podía creer lo que veía; esa chica de tan sólo 24 años tenía una cara hecha por cirugía plástica. No sólo su cara, todo su cuerpo está formateado por cirugías.
Prácticamente no queda nada de aquella joven bella que llegó de Marbella al programa de Marcelo Tinelli en el 2012, que no sabía ni en qué continente había nacido. La belleza que tenía se desvaneció, perdió el rumbo de aceptarse cómo es y donó su cuerpo a la imposición de un estereotipo de mujer, aquella que aparece en revistas y televisión mostrando el cuerpo completamente operado y el cabello con extensiones y teñido. La culpa la tiene la historia misma que nos dice de qué modo debemos vestirnos, que nos impone los cosméticos porque si no los usas no sos considerada como mujer, que tenés que ser flaca, alta, rubia y linda. ¿Pero qué es ser linda? La cultura nos dice que lo son las personas con lolas y cola grande, pero resulta que las personas que tienen esos rasgos voluptuosos reniegan de cómo son, porque casi siempre no son flacas o tienen la nariz torcida y no se las aprecia como gente linda.
¿Por qué el mundo nos obliga a tener los mismos cuerpos, las mismas narices, los mismos pómulos, cintura flaca, cabello lacio y rubio, ojos claros? La respuesta es muy simple, se debe a que se necesitan estereotipos. Esto lo provoca la publicidad: que para vender, necesita de consumidores con mismos gustos, que deseen un mismo producto. Resulta ahora, que las personas somos productos, invenciones para el mercado, cuerpos inmunes, sin sentimientos y sin cerebros. Debido a que vivimos en el mundo de las imágenes, de los cuerpos femeninos desnudos en televisión, de los abdominales marcados que impiden saber si se está embarazada como es el caso de Jésica Cirio, dónde la panza no asoma. Ser flaca es lo que está bien, lo seguimos mostrando como lo ideal, pero después surgen las enfermedades como anorexia y bulimia y nos decimos “tenemos que cambiar como sociedad” y es algo que no ocurre, además es frustrante. Cuando salís a comprar ropa en la adolescencia y no tienen tu talle, te sentís re mal ¿a dónde está la ley de talles? La verdad es que brilla por su ausencia. A mí me pasó de ir a comprar a Miró Sol, publicidad por doquier, con el slogan “mallas para todos los talles”, entro y quiero una enteriza y no me queda el talle 3, pido un 4 y me dice te puedo ofrecer 8, «sos gorda», te puedo mostrar estas mallas, las cuáles eran para viejas: marrones y feas, me di media vuelta y me fui. Otro tema, entro a otro lugar y sólo hay bikinis. Yo no quiero usar ese tipo de atuendos y me dicen adelgaza y usalos porque si no ¿qué clase de mujer sos? Lo mismo con mi pelo ondulado, he recibido muchas burlas, personas que me imponían que para ser mujer debía tener el pelo lacio, convirtiéndome en una mentirosa bajo una planchita, las canas otro tema, yo las llevo bárbaro y no me las saco por nada del mundo, odio los cosméticos: no me pinto ni muerta, porque me desconozco, porque no soy yo. Una vez una chica me pintó y me dijo ¡no te arregla ni el maquillaje a vos!
Cuando era chica no me agradaba, gracias a todas las descalificaciones recibidas que se incorporaron a mi interior. Sólo quería tener plata para operarme, para cambiarme, para que me aceptaran. Por suerte me di cuenta que la que va a vivir conmigo soy yo y que me tengo que aceptar como tal, ya no me importa la opinión de nadie. Sin embargo veo a jovencitas queriendo vivir en una mentira, queriendo parecer como sus ídolos, renunciando a ellas para ser otras: para ser un monstruo construido por estereotipos. Prueban todo, cirugías, dietas, gimnasio, enfermedades alimenticias; terminan enfermándose, hasta pueden llegar a la muerte.
Hay una canción genial de Simple Plan “crazy” que demuestra lo que la sociedad hace con las chicas:
“Dime que está mal con esta sociedad
Cuando en cualquier lugar yo observo, yo veo
A las chicas muriendo por aparecer en la TV
No se detienen hasta que alcanzan sus sueños
Pastillas para dietas, cirugías,
Fotografías retocadas en revistas
Diciéndoles cómo deben ser
Eso no tiene sentido para mi
¿Se están volviendo todos locos?
¿Alguien me va a salvar?
¿Puede decirme alguien que está pasando?
Dime que está pasando
Si abres los ojos
Verás que algo está mal
Yo pienso que las cosas no son como solían ser
Ya no hay más familias normales
Los padres actúan como si fueran enemigos
Haciendo que los niños sientan como si fuera la 3ª Guerra Mundial
A nadie le importa, no hay nadie más
Creo que sólo estamos demasiado ocupados
Y el dinero es nuestra primera prioridad
Eso no tiene sentido para mi
¿Se están volviendo todos locos?
¿Alguien me va a salvar?
¿Puede decirme alguien que está pasando?
Dime que está pasando
Si abres los ojos
Verás que algo está mal
¿Se están volviendo todos locos?
Dime que está mal con la sociedad
Cuando en cualquier lugar Yo observo Yo veo
Personas ricas conduciendo carros último modelo
Cuando hay niños muriendo de hambre en las calles
A nadie le importa
A nadie le importa compartir
Creo que la vida es injusta
¿Se están volviendo todos locos?
¿Alguien me va a salvar?
¿Puede decirme alguien que está pasando?
Dime que está pasando
Si abres los ojos
Verás que algo
Algo está mal
¿Se están volviendo todos locos?
¿Puede decirme alguien que está pasando?
Dime que está pasando
Si abres los ojos
Verás que algo está mal”.
La falta de contención familiar y el dinero a la mano, hace que las chicas sean otras, que se transformen para estar en cámara, que se olviden de ellas. Es como si no hubiera escapatoria posible, es como si fuera que todas tenemos que tener las mismas caras, mismos rasgos y cuerpos, cómo si hubiera una forma de ser mujer. La vida está estereotipada, si no perteneces: estás afuera. Prefiero estarlo y no caer en un estado en donde no hay salvación, en donde pierdo mi ser.
Ver a Charlotte Caniggia me mató, porque además de querer ser otra, tiene dismorfia corporal y nadie la ayuda. La plata la está matando, no la está ayudando, tan pequeña y parece a Leevon Kennedy. Lamentablemente va a seguir haciéndose retoques con el fin de convertirse en Barbie o alguna figura de Hollywood, la familia bien gracias, se nota que no les importa lo que haga.
Me da pena, porque cada vez mueren más personas con el deseo de operarse y quedar lindas. Pero quedan destruidas, con silicona líquida y mortal en sus cuerpos, deformadas y cuando quieren volver como antes; ya no hay vuelta atrás. ¡Cómo desearía que las figuras femeninas que aparecen en los medios fueran normales, sin prejuicios, seguras, que dieran el ejemplo a las jovencitas seguidoras de qué son lindas, que no necesitan arreglarse! Esperaré ese día, tengo el deseo de que ocurra. Pero mientras tanto la gente muere con el fin de ser perfecta, con el objetivo de seguir el estereotipo, llevando vidas estereotipadas.