Por Nadia Sotelo
Podría resumir a la música como la vida misma, canto desde siempre pero sin técnica vocal. Me acuerdo que a los siete años vi la entrega de los premios MTV desde mi televisor y allí me dije eso es lo que quiero para mí, no solamente quedé fascinada, sino que sentí que alguna vez estaría allí.
Esa niña creció, pero conservó su deseo intacto y con todas sus fuerzas. Se podría decir que me elegí la carrera universitaria más larga de todas: «ciencias de la comunicación social” y en la que tengo que leer mucha bibliografía y no tengo mucho tiempo para hacer otras cosas, hasta el año 2016 me dediqué exclusivamente a cursar y tratar de meter la mayor cantidad de materias. Pero la vida no es solo estudio, por suerte ya se terminó la escuela o la cárcel en mi opinión, porque eso es y comenzó una etapa de disfrute y plenitud como es la juventud.
Nunca me había presentado en un concurso de canto, debido a mi falta de técnica y a mis miedos internos, que me decían que era inferior frente a otros. Pero las oportunidades no abundan en esta vida, si tengo la posibilidad de cumplir mi sueño, voy a hacer hasta lo imposible para conseguirlo y así fue mi convicción que hizo que me presentara para el casting de La Voz 2018. Prácticamente sin dormir, pero con una adrenalina incansable que permitió que el miércoles 23 de mayo de este año, me presentara a las audiciones. Me tomé el 101 que va a Retiro, el mismo que me tomo para ir a mi coro “Jóvenes encantan Buenos Aires” y me bajé en la misma estación, la de Libertad y Av. Santa fe, si bien sabía que me tenía que bajar una después, aquella que está cerca de 9 de Julio, quise ir a lo seguro y caminar un poco más. Caminando, llegué a Juncal al 868 y observé una larga fila, a personas con carteles que indicaban el número que les había tocado y la leyenda de la Voz Argentina. El horario estaba pautado a las 10 am y a esa hora llegué, si bien sabía que tenía que llegar antes, se me hizo tarde. De todos modos, sabía que tendría que esperar horas para poder cantar.
El panorama era maravilloso, gente cantando, guitarreando y pasándola bien, estábamos todos unidos para demostrar lo que más amábamos: la música. Luego de una larga espera de casi dos horas obtuve en mis manos mi número, el 1343 y fue una felicidad tan bella, algo inexplicable para decirlo en palabras. A su vez me dieron una planilla para que llenara con mis datos, pero había un pequeño problema, había olvidado la lapicera: algo elemental. Los que me conocen saben que soy extremadamente obsesiva con todo, pero acá se me escapó la memoria y lo olvidé; de todos modos una chica me prestó una lapicera, pero la fila avanzó y perdí de vista a esa persona que me había prestado el bolígrafo, por suerte más tarde pude reencontrarme y devolvérselo. La fila avanzaba de a poco, el lugar de espera era la calle y estaba repleto de cocheras y autos, por lo que nos movíamos todo el tiempo, a las 14:30 nos avisaron que Lizy Tagliani, haría un móvil con el público concursante para el programa “Cortá por Lozano” y allí la fila se descolocó, hubo muchos que se sacaron fotos con la capocómica e incluso algunos salieron en televisión.
Estaba sin comer, sin ir al baño, pero con un sueño y un deseo por cumplir. A las cuatro de la tarde se produjo lo que tanto esperaba, logré ingresar al sitio en donde se tomaba el casting, estuve practicando durante horas los dos temas con los que me iba a presentar, que eran “La balada del diablo y la muerte” de La Renga y “Así era ella”, de Cristian Castro. Pero, sin embargo, el productor nos dijo que teníamos solo 30 segundos para mostrarnos, debido a la cantidad de gente que había y eso que era el primer día. Con nervios a flor de piel, pero felices, ingresamos alrededor de cuarenta concursantes a una sala en donde había dos personas del sexo femenino “coaches”, que nos escuchaban, llegó mi turno y aunque estaba muerta de miedo, salí con todo, elegí el final del tema de La Renga y sentí que lo hice genial. Seguramente no ingrese al certamen, porque es increíble el talento que hay en este país, pero me quedo contenta con saber que me animé y que es uno de los tantos castings a los que asistiré, ya que estoy segura que voy a ser cantante y que mi sueño se va a convertir en realidad.