Por Nadia Sotelo
Un canto descomunal y la compañía de un piano hacen maravillas en el teatro Empire, en el mes de la cultura independiente. En escena Elisa Calvo, una cantante soprano maravillosa que demuestra todo su potencial lírico al auditorio, bajo su papel de Ella con el que deleitará al público en un sinfín de ocasiones.
Elisa ingresa con unas flores que regalará a algún espectador del público, una obra en la que la protagonista no se encuentra en el escenario, sino que recorre todo el espacio hasta llegar al lugar indicado. En el escenario, se observan teléfonos por doquier donde la artista cantará en un perfecto idioma francés, para aquellos que no entienden lo que se dice figura una pantalla que va relatando cada una de las palabras que menciona.
Un espectáculo en el que es muy importante el tiempo, la música es la clave del drama y la que guía todo lo que vendrá. El acompañamiento del piano es preciso, excelente y fantástico, al punto de ver a la pianista volando entre partituras que, se mueven de un minuto al otro y las cuales forman parte esencial para el desarrollo de la actuación de la cantante.
La obra está basada en el texto literario de Jean Cocteau, cuenta con la dirección musical de Silvana D´Onofrio y regie Antonio Leiva. Se trata de una tragedia lírica impecable, que con tan solo un acto deja boquiabierto al público que o puede dejar de admirar a la actriz. La música, aunque forma una parte importante en el espectáculo, no lo es todo si se menciona la actuación de la soprano en escena, cada uno de sus movimientos, la impronta con la que se expone al público, el drama que expresa adquiere la cualidad de fascinante.
En algunos momentos, se pierde de vista la mirada hacia el texto subtitulado y se la observa a Elisa Calvo que presenta su actuación de tal manera que, no hay posibilidad de sacarle los ojos de encima. La historia que relata es muy triste, su acompañante la deja y ella decide suicidarse, la depresión y melancolía no pueden con ella y se dispone a quitarse la vida.
Sin embargo, quiere conquistar un último deseo: escuchar la voz de su amado, aquel que la abandonó y por el que ha perdido la razón. En uno de los textos menciona que su vida está atada a la suya, se mira en el espejo y no puede reconocer su encanto de mujer bellísima, se dice a sí misma que está vieja y arrugada. La agonía la consume, la pone en un túnel sin salida, en el cual no hay escapatoria.
La voz humana se caracteriza por demostrar la infelicidad de una mujer que, siente que lo ha perdido todo. La voz de Elisa es lo que da vida a la escena, con notas agudas muy altas que, evidencian la tristeza y el malestar de la mujer a la que encarna. El teatro Empire es el ideal para desarrollar este espectáculo, su acústica es maravillosa y asistir a esta obra solo puede brindar placer para los oídos.
La recomiendo en un 100%, la voz es asombrosa, la actuación impecable y el acompañamiento musical deslumbrante. A su vez, enseña una de las enfermedades más graves de todas: la depresión. Un agujero del que se puede salir, si se pide ayuda a tiempo.
Función: 24 de noviembre (20:30 hs)
Teatro Empire: Hipólito Yrigoyen 1934 (CABA)
Valor: $100
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FICHA TÉCNICO ARTÍSTICA
Autoría:
Jean Cocteau
Intérpretes:
Elisa Calvo
Maestro Interno:
Melina Otero
Vestuario:
Liliana Mirta Palacio
Música:
Francis Poulenc
Asistencia De Escenas:
Anggie Velia Zamora Valladares
Dirección musical:
Silvana D’onofrio
Dirección Escénica:
Antonio Leiva
Duración: 60 minutos