De la muerte a la vida: La “Televisión”, el medio que volvió a nacer con el Coronavirus

Por Nadia Sotelo

Los teléfonos móviles están cambiando la forma de consumo en los individuos y aquellos medios que en su tiempo fueron consumidos de manera masiva, van perdiendo peso frente a las nuevas tecnologías.

Estos medios no desparecen, pero se transforman, se fusionan y pueden encontrarse adentro de un celular. Sin embargo, los mayores de sesenta años en su gran mayoría, todavía siguen eligiendo en su forma de consumo a la radio, los diarios y la televisión en su plataforma original. Pero el paso de los años, la creciente demanda tecnológica y los niños que nacen con habilidades digitales (nativos digitales) han cambiado las formas de aprender y de ver programas televisivos.

Hace poco tiempo, era impensado que la televisión llegaría a su fin (la caja boba que idiotizaba a la humanidad), según determinadas posturas académicas. Este aparato formaba parte de las cenas familiares, unía y generaba discusiones, acercaba los temas más importantes a la sociedad; pero en los últimos 10 años el consumo de televisión comenzó a decaer drásticamente, al punto de imaginar su muerte como cercana. En realidad, la muerte no era tal. Sino que ya no formaría parte de los adornos de la casa, ni uniría familias; todo ello podría encontrarse en un solo lugar: el celular. Un aparato que con el tiempo aleja el contacto y solo provoca una interacción, por medio de una pantalla. Los individuos se transforman en extensiones de esa maquinaria telefónica, repleta de aplicaciones.

Sin embargo, este año algo impensado ocurrió y el mundo colapsó. El COVID 19, transformó la vida de las personas de una manera drástica y total; pandemia mundial y confinamiento obligatorio fueron su lema y su actual desarrollo. Este 2020 que se veía con alegría y mucha esperanza de metas por cumplir, será recordado como el año perdido.

Ese aparato que casi no se utilizaba, llamado televisión, volvió a vivir. Millones de personas conectadas a la televisión enterándose de todas las noticias relacionadas al virus, esperando cadenas nacionales, informándose de todo. A través de ese medio, que nunca se fue y que hoy vuelve a vivir. Vuelve a vivir de una forma horrible, muchas veces asustando, más que ayudando a los individuos, a veces sobre-informando y no estableciendo la información socialmente necesaria, pero la televisión demuestra que no murió y que volvió a ser un servicio. Demuestra que volvió a ser consumida por los seres humanos.

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Artistas: «Los salvadores de esta pandemia»

Por Nadia Sotelo

2020 será recordado como un año perdido, de eso no hay duda posible. En Argentina hay cuarentena desde fines de marzo y esta situación parece prolongarse por mucho tiempo más, todos los días aparecen casos de contagio de coronavirus y lamentablemente también, víctimas fatales.

Pareciera como si esta enfermedad viniera a acabar con la sociedad, con la humanidad tal cuál la conocemos. Barbijos, alcohol en gel y la imposibilidad de abrazos, besos y caricias están presentes en este momento de salud crítico; que no se sabe con certeza cuando finalizará. Sin embargo, los artistas ponen el pecho ante tanta amargura y desolación, provocando que los habitantes se olviden por un momento de tan desastrosa y anormal situación.

Música, películas y series, están siendo una parte esencial para el ser humano. Los vivos de Instagram, YouTube y Facebook, dan un poco de alegría a las personas que desde el confinamiento, no pueden salir de los hogares. Además, muchos de los artistas tienen el momento de interactuar más con sus seguidores y hay un montón de nuevos talentos que están mostrando sus dones, a través de las redes sociales.

Siempre se repite esa canción de “Quedan los artistas” y es una realidad comprobada. El arte sana, transmite y permanece. Que una persona consiga una sonrisa o distraerse por un minuto de tanta noticia maligna, es una bendición. La cuarentena se mantiene y no se sabe cuándo terminará; mientras tanto, los artistas vienen a sanar esas heridas que sangran, a aliviar un poco el dolor, a tratar de trasmitir un mensaje de esperanza y de salvación.

Mientras haya arte, habrá fe. Compañía sincera, felicidad y bienestar; a veces las matemáticas no pueden arreglar todo, a veces, el solo hecho de escuchar una canción puede brindar 20 años más de vida a una persona.

 

«Medios en época de Coronavirus»: ¿Hay posibilidad de otro contenido? ¿El entretenimiento ya no existe?

Por Nadia Sotelo

Una de las particularidades que tienen los medios de comunicación es la de informar, entretener y educar. Sin embargo, al entretenimiento se lo están llevando a marzo; los individuos al tener imposibilitado su acceso a la calle se refugian en Netflix, Spotify y diversas plataformas pagas para entretenerse y dejar de pensar por un momento en el coronavirus.

Que esta enfermedad nos cambió la vida, nada lo discute. Ahora bien ¿es necesario bombardear con este tema todo el tiempo? Los canales de televisión están dejando atrás su programación habitual y están inundando todos sus horarios con un mismo contenido. Pareciera que no hay escapatoria posible a esta pandemia: no solo mata vidas humanas, sino que transforma al universo en muertos en vida: esperando el punto final de la existencia humana. Noticiando todo el día sobre lo mismo, impiden pensar al individuo en otra cosa.

En este momento, se observa el poder que tienen los medios. Dominan prácticamente el contenido que tenemos que hablar y también implican la manera en que se debe hacerlo. Hace unas semanas quitaron “Casados Con Hijos” de Telefe, algo incomprensible; ya que las personas también necesitan espacios de diversión y entretenimiento, no todo es amargura. Recuerdo esa expresión que decía “Apaguen el televisor y suicídense”. A veces poblar la vista de todo lo malo que ocurre en el mundo nos contamina, nos enferma más que el mismo Coronavirus.

Informarse es esencial para el ser humano, pero entretenerse también lo es. No hay que desbordar de información todo el tiempo, ni emitir noticias sin un debido chequeo de la información; no vale vender el prestigio por un minuto de rating. En vez de aumentar las emisiones de informes especiales sobre esta gripe mortal, se debería aumentar la posibilidad del divertimento, de la risa: que es salud, del disfrute, de los artistas. Basta de 24 horas de noticias duras, también los televidentes necesitan un respiro a tanto cambio junto.

«Acoso»: cuando la justicia no existe- Crítica de la serie televisiva

Por Nadia Sotelo

El viernes terminó Acoso, la miniserie brasileña basada en un caso real de 8 capítulos, que se emitió en la pantalla de Telefé desde el 1 de enero y que se puede visualizar completa a través de la web del canal. En el año 2019 el verano del canal de las pelotas, también tuvo una miniserie brasileña en su señal llamado «Bajo Presión», que si bien hablaba de violaciones y hospitales, tenía una trama totalmente diferente.

Este año quise ver «Acoso», porque en un mundo en donde las mujeres se animan a denunciar a sus abusadores y padecen la burla de los oficiales, a veces la injusticia de que sus relatos no sean esclarecidos por falta de pruebas o porque se toma el tema a chiste como fue el caso de Leticia Brédice, que denunció a su pareja por violencia a través de una red social y luego se retractó, indicando que cuando publicó los dichos estaba bajo los efectos del alcohol y que era mentira o cuando una chica denunció que su amigo la había violado y no era cierto, y el chico se quitó la vida; las mujeres que sí sufren esta aberración a su persona, no son creídas, ya que cuentan solo con su palabra y un sufrimiento eterno de asco, de impotencia y de «supervivencia» al horror.

“Acoso” cuenta la historia de un médico especializado en fertilización asistida, el Dr Sadala (Antonio Calloni) que aprovechaba la anestesia de sus pacientes para besarlas, tocarlas y violarlas; mientras su esposa moría en su casa, producto del cáncer. Estas mujeres no tenían posibilidad alguna de reaccionar, débiles por la anestesia y con una tristeza desbordada ante la maldad de un hombre que abusaba de ellas y jugaba con la maternidad, que no podían tener de manera natural. Maia, una periodista interesada en el descubrimiento de la verdad, fue la encargada de juntar a esas mujeres ultrajadas y darles el poder para que se animaran a denunciar, al médico se lo juzgo como culpable y se le ordenó una condena de 278 años de prisión, por el crimen de abuso en 52 mujeres. Las actuaciones fueron realmente impactantes y es una serie que vale la pena ver, los capítulos son cortos, la temática es sumamente actual e implora “justicia”.

Sin embargo, el final de la serie, no fue la victoria de las mujeres; sino la resignación, la injusticia absoluta: Roger Sadala solo cumplió 3 años de prisión, ahora vive en un barrio residencial. Denunciar siempre, luchar con todas las ganas, para que por fin haya justicia en este mundo y no la injusticia que se vio en este caso y en muchos otros. Mujeres y hombres, cuando hayan sido acosados o violados: denuncien, que la gente mala pague por sus actos o ¿qué clase de mundo es el que se vive?

¡Cómo se extraña el mundial!

Por Nadia Sotelo

El domingo 15 de Julio de 2018 me preparaba para vivir la final del campeonato mundial de fútbol. Los domingos me levanto bastante tarde, pero ese día tan importante me puse el despertador a las 11 am con motivo de levantarme para comer y luego mirar en tranquilidad el esperado partido, que comenzaba a las 12 en Argentina.

Hace cuatro años la final disputada era Argentina- Alemania, cuya vencedora fue la segunda nombrada. Sin embargo, esta vez la cosa fue diferente para estos países, ya que Argentina perdió en octavos y Alemania, la gran ganadora, tuvo una participación muy breve y perdió en la fase de grupos. Este año, la cosa se estaba en Europa, por un lado Francia y por el otro Croacia; ambos hicieron un gran mundial y se merecían llegar a esa instancia. Esta vez, se me dificultó mucho seguir los partidos, porque no disponía del tiempo necesario, pero cada partido visto era una celebración, lo vivía con absoluta pasión y adrenalina.

Para mí, los mundiales son muy importantes. Amante de la televisión y de los eventos a nivel nacional e internacional, considero al mundial como una pieza central en la historia de la cultura, además el fútbol es un deporte amado por miles de personas. A veces el reconocimiento de un país se debe al nombre de determinado futbolista, en nuestro caso somos conocidos por Diego Armando Maradona o Lionel Andrés Messi Cuccittini (Leo Messi) y esto es real. La gran parte del mundo los conoce y los identifica como argentinos. Por eso, los mundiales construyen un universo en sí mismo, cada pueblo, cada país aclamando a su bandera, reconociéndola y esperando al ritmo de cohetes y sobresaltos, gritar esa bella frase llamada “gol”. Los relatores deportivos son figuras importantes para el desarrollo del mismo, trasmiten con mucha fuerza y energía, cada jugada hecha en el partido. No solo hablan, también gritan, dan aliento al público en su casa y pueden hasta insultar, producto de la felicidad que les produce el juego.

Ese domingo, exactamente hace nueve días, encendía el televisor y me ponía los anteojos, apagaba el celular para evitar cualquier tipo de distracción y me dejaba llevar por la imagen. La secuencia era clara, once jugadores de un lado de la cancha y otros once en el otro lado. Sin embargo, algo había quedado de Argentina y se hacía presente, el árbitro era argentino. Néstor Pitana, fue el encargado de llevar adelante el transcurso del juego, en un momento Francia reclama penal, él no seguro de la jugada realizada decide pedir ayuda al VAR (video arbitraje) y allí se da cuenta que el reclamo de Francia era el correcto y se aplica el penal y se concreta el gol. En la primera parte, todo indicaba que el ganador sería Croacia, ya que jugaba mejor, pero Francia era impecable, ante cada descuido de Croacia, realizaba un gol y ganó en su justa ley. Para un partido final, el número era increíble, 4-2, no se necesitó de tiempo extra, ni fue necesario ir a penales.

Un mundial con todas las letras, muchos goles, buenas jugadas. Francia, el único y gran campeón, indiscutible, todo hizo bien y después de 20 años se le volvió a dar; ya no ganaba en su propio país como lo había hecho hace dos décadas atrás, pero lograba consagrarse en Rusia. En el mundial que se disputó en Alemania en el año 2006 estuvo a un paso de concretar este sueño, pero Italia logró vencerlo en la fase de penales, debido a que los 90 minutos habían igualado un 1- 1 y en el alargue, no pudo evidenciarse otro gol.

Si bien, la final del mundial de Rusia, ya se jugó hace varios días, la sigo recordando porque fue mágica y tendremos que esperar cuatro años más para tener la posibilidad de visualizar otra competencia así, el lugar escogido para 2022 es Qatar, pero la fecha no será junio, ni julio, sino noviembre- diciembre. Aunque no pude cumplir ese sueño que me había propuesto en 2014 de viajar a Rusia, la televisión HD me permitió ser partícipe de todo y me sentí como si estuviera allí.

 

“El chavo del 8”: Haciendo historia desde hace 47 años

Un barril, una vecindad típica de México y un niño pobre y huérfano, son los encargados de alegrar nuestros corazones desde hace ya, 47 años. Parece mentira, pero el mejor programa de Hispanoamérica está a pocos años de cumplir medio siglo. El ideólogo de realizar esta maravilla televisiva fue Roberto Gómez Bolaños (1929- 2014), un individuo que se merece el mote de “genio”; artista de los pies a la cabeza, sin límite alguno.

Escritor, actor, cantante, productor, dibujante; prácticamente perfecto. Creó un mundo de ensueños, risa buena y sana. De la que falta hoy día, chistes sin heridas, buenos actores, arte por todos lados. La primera emisión del Chavo del ocho, se vivió el 20 de junio del año 1971, día de la bandera en Argentina.

En este capítulo, puede notarse una diferencia en lo que luego sería el programa “El Chavo”. En primer lugar, se trataba de un segmento dentro del programa central “Chespirito”, con lo que presentaba muy poco tiempo de duración. Un aspecto importante lo establecía el espacio; ya que la casa de Doña Florinda, era la que luego ocuparía Don Ramón; a la vez que Florinda Meza, no utilizaba una peluca con ruleros, El chavo lloraba de otra manera simulando un tono de grito y no su clásico “pipipi”.

Un programa que con el correr de los años, no pierde vigencia. Qué inspira, que tiene cada vez más seguidores y que es mundial; ya que fue traducido a muchos idiomas. Brasil, es uno de los mayores adeptos de este gran programa. Las enseñanzas que propone su argumento, son de una creatividad inigualable y yo diría que irrepetible, actores que pueden desarrollar múltiples personajes, un libreto tan bello, que asombra.

Hoy festeja 47 años de existencia, de placer para los ojos de los televidentes, de un camino que concluyó en 1992, pero que va a ser eterno, porque Chespirito lo es. Viva el Chavo y Roberto Gómez Bolaños para siempre, que nunca deje de emitirse este programa que cambió la televisión para siempre.

 

Crónica de un casting: “Mi primera vez en una audición”

Por Nadia Sotelo

Podría resumir a la música como la vida misma, canto desde siempre pero sin técnica vocal. Me acuerdo que a los siete años vi la entrega de los premios MTV desde mi televisor y allí me dije eso es lo que quiero para mí, no solamente quedé fascinada, sino que sentí que alguna vez estaría allí.

Esa niña creció, pero conservó su deseo intacto y con todas sus fuerzas. Se podría decir que me elegí la carrera universitaria más larga de todas: «ciencias de la comunicación social” y en la que tengo que leer mucha bibliografía y no tengo mucho tiempo para hacer otras cosas, hasta el año 2016 me dediqué exclusivamente a cursar y tratar de meter la mayor cantidad de materias. Pero la vida no es solo estudio, por suerte ya se terminó la escuela o la cárcel en mi opinión, porque eso es y comenzó una etapa de disfrute y plenitud como es la juventud.

Nunca me había presentado en un concurso de canto, debido a mi falta de técnica y a mis miedos internos, que me decían que era inferior frente a otros. Pero las oportunidades no abundan en esta vida, si tengo la posibilidad de cumplir mi sueño, voy a hacer hasta lo imposible para conseguirlo y así fue mi convicción que hizo que me presentara para el casting de La Voz 2018. Prácticamente sin dormir, pero con una adrenalina incansable que permitió que el miércoles 23 de mayo de este año, me presentara a las audiciones. Me tomé el 101 que va a Retiro, el mismo que me tomo para ir a mi coro “Jóvenes encantan Buenos Aires” y me bajé en la misma estación, la de Libertad y Av. Santa fe, si bien sabía que me tenía que bajar una después, aquella que está cerca de 9 de Julio, quise ir a lo seguro y caminar un poco más. Caminando, llegué a Juncal al 868 y observé una larga fila, a personas con carteles que indicaban el número que les había tocado y la leyenda de la Voz Argentina. El horario estaba pautado a las 10 am y a esa hora llegué, si bien sabía que tenía que llegar antes, se me hizo tarde. De todos modos, sabía que tendría que esperar horas para poder cantar.

El panorama era maravilloso, gente cantando, guitarreando y pasándola bien, estábamos todos unidos para demostrar lo que más amábamos: la música. Luego de una larga espera de casi dos horas obtuve en mis manos mi número, el 1343 y fue una felicidad tan bella, algo inexplicable para decirlo en palabras. A su vez me dieron una planilla para que llenara con mis datos, pero había un pequeño problema, había olvidado la lapicera: algo elemental. Los que me conocen saben que soy extremadamente obsesiva con todo, pero acá se me escapó la memoria y lo olvidé; de todos modos una chica me prestó una lapicera, pero la fila avanzó y perdí de vista a esa persona que me había prestado el bolígrafo, por suerte más tarde pude reencontrarme y devolvérselo. La fila avanzaba de a poco, el lugar de espera era la calle y estaba repleto de cocheras y autos, por lo que nos movíamos todo el tiempo, a las 14:30 nos avisaron que Lizy Tagliani, haría un móvil con el público concursante para el programa “Cortá por Lozano” y allí la fila se descolocó, hubo muchos que se sacaron fotos con la capocómica e incluso algunos salieron en televisión.

Estaba sin comer, sin ir al baño, pero con un sueño y un deseo por cumplir. A las cuatro de la tarde se produjo lo que tanto esperaba, logré ingresar al sitio en donde se tomaba el casting, estuve practicando durante horas los dos temas con los que me iba a presentar, que eran “La balada del diablo y la muerte” de La Renga y “Así era ella”, de Cristian Castro. Pero, sin embargo, el productor nos dijo que teníamos solo 30 segundos para mostrarnos, debido a la cantidad de gente que había y eso que era el primer día. Con nervios a flor de piel, pero felices, ingresamos alrededor de cuarenta concursantes a una sala en donde había dos personas del sexo femenino “coaches”, que nos escuchaban, llegó mi turno y aunque estaba muerta de miedo, salí con todo, elegí el final del tema de La Renga y sentí que lo hice genial. Seguramente no ingrese al certamen, porque es increíble el talento que hay en este país, pero me quedo contenta con saber que me animé y que es uno de los tantos castings a los que asistiré, ya que estoy segura que voy a ser cantante y que mi sueño se va a convertir en realidad.

 

 

 

Ojos que no ven: ¿el programa de la mentira?

Andrea Politti volvió al ruedo televisivo, con un nuevo talk show llamado “Ojos que no ven”, en donde un participante, le declara su amor a otro, por medio de la televisión. Los talk shows regresaron a la Argentina a partir del año pasado, cuando se emitió en Telefé el programa “Caso Cerrado” de la Dr Ana María Polo, que tuvo muy buena audiencia. Sin embargo, el programa de la cubana, mostraba un letrero que indicaba que las historias muchas veces, no eran reales; sino dramatizaciones hechas sobre acontecimientos verdaderos.

Ojos que no ven, estrenó hace una semana y ya generó una gran polémica al respecto ¿las historias son reales o son ficticias? Fueron los seguidores del nuevo programa, los que empezaron el debate. Si bien se sabe, que muchos talk shows muestran a actores interpretando historias de otros, el nuevo programa del Trece se presenta como verdadero y eso es lo que hace que los televidentes muestren las garras para desmontar el engaño. El Twitter fue el encargado de denunciar el fraude ocurrido.

En el segundo programa se vivió la primera polémica; ya que los protagonistas Gabriela y Alejandro, que decían declararse su amor por primera vez, ya eran pareja desde hace ocho años. Por lo tanto, la historia que se planteaba de que hacía 30 años que no seveían, era claramente falsa. Al día siguiente Melany y Axel también representaron una farsa, la historia proponía amigos desde la infancia que no se animaban a declararse el amor, lo cual era mentira, ya que eran pareja desde hace tiempo.

Debido a estos episodios, el rating empezó a bajar y se empezó a desplegar un rumor en el que podría ser reemplazo por otro programa. Desde ahora, el programa emite un comunicado en donde se avala la veracidad del mismo “Los contenidos de Ojos que no ven, son historias de amor reales que viene a contarnos la gente común. Nosotros ponemos todo el programa a disposición, para que ese amor se concrete. Cualquier diferencia con la realidad, corre por cuenta de quiénes vienen a contarnos esas historias”.

Con esto, queda demostrado que las historias pueden ser totalmente falsas o verdaderas, pero que tanto la conductora, como la producción confían en la historia que le cuentan.

«Aunque no ganamos: fue tan lindo»

Por Nadia Sotelo

El mes de Julio de este año terminó y esto me retrotrae a tres años atrás, en dónde el aire que se respiraba era de alegría y unidad. El 13 de Julio de 2014 la selección argentina de fútbol, jugó la final del mundial y aunque terminó en segundo lugar, fue tan bello ese proceso, que lo recuerdo con mucho amor.

Los deportes, no son algo que ame, pero las olimpíadas y los mundiales me hacen sentir diferente. En esas ocasiones, soy la admiradora de deportes número 1, la que sabe todo y la que espera poder gritar con ansias cada victoria conseguida. Si bien es solo un juego, los jugadores hacen más que jugar, se juegan la alegría de un pueblo que los aclama, que los admira y que daría todo por darle fuerzas a sus ídolos. El año 2014 fue un año muy especial para mí, nunca me imaginé que tendría la suerte de ver la final de un mundial de fútbol y lo conseguí. Qué fortuna el estar viva para experimentar esas vivencias que se dan observando espectáculos, si bien no estuve presente en Brasil; la televisión hizo que llegara allí. Tampoco imaginaría que tres años después conocería ese lindo país, esas son las sorpresas que nos da la vida, que nunca pensamos conseguir y que sin embargo se dan.

Para mí los mundiales son una forma de conocimiento hermosa, me acuerdo los mundiales de 2006 y 2010, cuando asistía a la secundaria y me hacían recortar banderitas, conocer a los jugadores, mirar los partidos para establecer un tipo de debate. Me acuerdo el de 2006 que nos dejaron salir antes para verlo en nuestras casas, yo solo quería llegar. Mi mamá odia el fútbol y solo nos permite mirarlo en la cocina en los mundiales, pero como cada uno posee un televisor en su cuarto puede verlo cuando quiera. Los gorros y las camisetas de la selección, me dan tanta alegría. Escuchar en las casas vecinas el sonido de la vuvuzela, los gritos, la alegría por cada gol metido es un sentimiento impagable que ocurre en los individuos; ese fanatismo bueno que solo puede provocar una cosa: felicidad. Recuerdo ese 2014 en el que por suerte la facultad no me impidió ver ningún partido, pude ver todos y un día que pensé que no llegaba, empecé a correr hasta alcanzar el colectivo; en las calles la gente gritando Argentina, vistiendo camisetas, bailando en las veredas, me hacía acordar al Bicentenario del año 2010 en donde todo era fiesta!!!

Hoy día vivimos con una angustia, un deterioro anímico notorio, falta de trabajo, dinero escaso, tratando de sobrevivir. Gobierno tras gobierno, cada día es peor, no hay avances sino retrocesos, estancamientos. Hay recesión en la sociedad, no solo en lo monetario. Sé que no hay muchas cosas que nos den fuerza y dar marcha para adelante, pero esa fe que tenemos en un mundial tiene que producir contagio en otras zonas de lo cotidiano, que usemos las banderas siempre, que usemos camisetas de nuestro país todos los días, escarapelas no solo en días patrios, porque nosotros somos la patria y nadie nos regala nada. Ver el mundial de 2014 me produjo ese deseo de plenitud que me gustaría que todo el mundo desarrollara, más allá de las condiciones horrorosas en las que nos ha tocado vivir, ser felices para continuar; si hubiéramos ganado, me hubiera sentido contenta no solo por mí, sino por mi hermoso país, que se merece una alegría como todo individuo en esta vida necesita. Este último mundial fue un viaje de ida para mí, no creía que íbamos a llegar a tanto y en el durante era una tensión permanente ¿meterán goles? ¿Terminaremos descalificados? Las canciones de los mundiales son geniales, una mejor que la otra, las canto todo el tiempo y me recuerdan esos gratos momentos. Me di cuenta que no puedo ver mundiales en compañía de nadie, necesito mi momento de conexión con el fútbol, gritar hasta quedarme sin aliento por los goles. Estar en mi cuarto tranquila, comienzo a investigar la vida de todos los jugadores que participan no solo los de mi país, cuando Sergio Romero atacó dos penales y Maxi Rodríguez dio el paso para la final, fue algo tan bello, tan sanador; me recuerdo llorando pero de felicidad y en la final, dieron lo máximo, un descuido hizo que Alemania metiera gol, pero para mí era como si hubiéramos ganado. Como anteriormente había sido el pulpo Paul, esta vez una tortuga era la que supuestamente adivinaba quién ganaba y yo la seguía; reconozco que es una tontería, pero son esas cosas de los mundiales, sacan algo de mí que no conozco.

Ojalá tenga la oportunidad de ver otra final y sería soñada si fuera en directo, pero todavía no me da el presupuesto para viajar. Sin embargo, observar esa alegría de la gente fue algo tan bello, porque aunque no ganamos, el pueblo se unió en un sueño: conseguir la copa del deporte más difundido en el mundo.

 

SUSANA GIMÉNEZ: “SU PROGRAMA PASÓ DE SER EL MEJOR, AL PEOR DE TODOS”

Por Nadia Sotelo

El domingo a la noche esperaba ansiosa el programa de la gran diva, porque además de ser un ícono de la industria argentina, es alguien que admiro y de la cual aprendo, por si alguna vez tengo la suerte de conducir un programa de televisión. Por supuesto que ser como ella es imposible, pero nunca pierdo las esperanzas de cumplir mis sueños.

La verdad que me puse muy triste a medida que avanzaba el programa; se suponía que sus 30 años en el oficio la llevarían a tener el mejor programa de todos los tiempos, pero lamentablemente puedo decir que en estos dos programas que vi, no se está consiguiendo. Sino todo lo contrario, un programa que presenta una deficiencia en cuanto a producción; se observan micrófonos abiertos de los llamados “Susanos” que se expresan de muy mala manera como fue el caso del insulto que emitieron hacia la imitadora “Fátima Flórez”, después el juego de “Su Gateo” que me pareció horrible y sin ningún sentido; ya el nombre del juego no da y exponer a niños tan pequeños a algo como esto, no me parece. Igual la culpa la tienen los padres que se prestan a participar en esta pavada, con tal de que sus hijos salgan en televisión.

El sketch de la empleada pública que siempre me pareció estupendo, entró en una gran decadencia cuando vi quién era el personaje invitado, nada más ni nada menos que la muy operada “Charlotte Caniggia”. Antes recibía a Julio Iglesias, hoy le toca trabajar con alguien que no sabe ni dónde nació. Una diva con todas las letras recibe a Charlotte en lugar de recibir a Maluma, no se puede creer; hasta se habló de Loan, no se puede tirar al fango a alguien de su nivel. Tampoco era creíble ver a Antonio Gasalla actuar con esa pseudo modelo, va ni ella sabe definirse.

Cuando llegó el momento de Axel, pensé que bueno por fin se va a remontar este programa. Pero no fue el caso, cantó dos canciones suyas mezcladas, las cuales no terminó ninguna y realizó un estreno. Al venir del corte hablaría con Susana, pero tocó el turno de despedirse, a lo único que atinó Axel fue a decir Chau junto a Susana Giménez.

Entiendo que el presupuesto no alcanza como para traer figuras internacionales, pero se podrían modificar aspectos del programa que restan absolutamente. La diva de los teléfonos se merece lo mejor, que los productores estén atentos a ella, no puede ser que no le alcancen las hojas que debe leer a tiempo o que no le expliquen en qué consiste determinado juego del programa. Un momento muy notorio se vivió en la presentación, luego del sketch en el que la locutora llamada “Claudia” llegó tarde a la hora de decir una publicidad y se pisó con Susana.

El programa que supo ser el mejor de la televisión Argentina, hoy es el peor en mi opinión. Hay tantos artistas talentosos en este país, no hace falta buscar en el exterior para hacer el sketch, no hace falta meter a Charlotte Caniggia, que más allá de mostrar sus cirugías, no sabe hacer otra cosa. Faltan los musicales de Susana que tan felices nos hacen, faltan juegos como el imbatible o preguntados; hace falta cambios para que la Diosa demuestre lo mejor que sabe hacer en esta vida: conducir. Yo quiero ver esa Susana, aquella que no sabe ni quiénes son sus invitados, esa que nos hace reír, que nos divierte y entretiene; quiero un programa con todo para volver a decir que es el mejor y no el peor.